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Parte de un sermón ofrecido por Krista Loewen y David Epp en la Iglesia Wildwood Mennonite en Canadá. Inspirado en su experiencia durante uno de los tours de aprendizaje en Guatemala y El Salvador, donde acompañaron a estudiantes del colegio RJC (Rosthern Junior Collegiate). Krista y David han visitado Guatemala muchas veces en el pasado. David Epp fue participante del programa SALT y sirvió en la comunidad de Santiago Atitlán durante 2013-2014.
 
Foto tomada por: Anna Yoder

Cuando viajé a Guatemala,una de las primeras cosas que uno nota es el hermoso tejido tradicional. Cada comunidad teje suhistoria en su ropa. Por ejemplo, un huipil de Santiago Atitlán cuenta con rayasblancas que representan las bendiciones de Dios y el rojo que representa la sangre derramada durante la conquista y, más recientemente, la guerra civil. Las aves muestran su relación permanente con la tierra como cuidadoras y administradoras. Cada vez que en el pueblo de Santiago Atitlán se teje una nueva pieza de tela, su historia cobra vida y una historia común se relata dentro de cada hilo.
En otras palabras, al ponerse sus trajes, las personas de Santiago Atitlán estánprometiendo su lealtad a la continuaciónde su cultura.
Los telares que se utilizan para tejerestas piezas son complejas y es esencial que cada hilo pequeño esté en el lugar correcto, de lo contrario la visión final se arruinaría.
Este minucioso detalle puede parecer desesperante a veces, ya que es difícil imaginar cómo se vería  la pieza final. Pero, el tejedor tiene esperanza y fe en el modelo y la belleza emerge. La belleza enGuatemala se desborda como consecuencia de estos bordados.

Así como el pueblo de Santiago Atitlán recuerdan su pasado y su futuro con el uso de sus trajes tradicionales, también nosotros nos acordamos denuestro lugar en la construcción histórica y permanente del reino de Dios.

En abril,tras pasar por la frontera de Guatemala con el grupo de  RJC(El Colegio de Rosthern Junior), nuestra guía de CCM nos animó a jugar un juego cultural para poner atención. Nuestratarea consistía en contar todas las veces en que nos tropezábamos con un mural o una  imagen artística del ex arzobispoOscar Romero. No pasó mucho tiempo para que el juego se terminara, pero no porque hubiera sido difícil de encontrar la cara de Romero. De hecho, ¡Él está en todas partes! A Romero se le puede encontrar en cada esquina, en todos los anuncios de tiendas pequeñas, y a los costados de aparentemente cada iglesia.

Oscar Romero fue un hombre que nació en condiciones humildes en el este de El Salvador. El entró al Seminario a una edad temprana y demostró un dominioacadémico y una afinidad por el trabajo pastoral. Cuando fue nombrado arzobispo de El Salvador en 1977 rápidamente se convirtió en un defensor de los pobres y desposeídos.

En ese momento, al igual que ahora, El Salvador se caracterizaba por tener una compleja historia de desigualdad y  violencia. Durante décadas, la población rural pobre había sido marginada cada vez más dentro de una economía en la que el 1% controlaba el 42% de la tierra cultivable, mientras quela parte de más abajo que representaba el 60% controlaba el 0%.
Estas condiciones llevaron a protestas y, finalmente, a una guerra civil extremadamente violenta donde los escuadrones de la muerte ejecutaban a la gente del campo a su voluntad.
Romero representó en ese contexto una de las voces más fuertes en pedir el fin de la violencia y en 1980 fue asesinado, sólo un díadespués de pronunciar un sermón en el que pidió a los soldados del gobierno, como cristianos, adejar de llevar a cabo la represión del gobierno y las violaciones de los derechos humanos básicos.
Aunque la guerra civil terminó en los 90’s, todavía existe la desigualdad en los ingresos.
Al pintar la cara de Romero a los lados de los edificios, la gente está afirmando su fe en la visión de Dios por la justicia y la paz.

En El Salvador, uno de los momentosmás impactantes fue nuestro servicio de adoración junto con los miembros de la Iglesia Bautista Discípulos de Cristo. Los feligreses viven enLa Línea, una zona con altos índices de violencia y controlada por las pandillas. Los congregantes
actualmente no son dueños de la tierra donde viven y podrían ser desplazados en cualquier momento.

Como iglesiacompraron una tierra para ellos y están en el proceso de restauración para obtener las condicioneshabitables. No puedo dejar de ver a Dios trabajando a través de este proyecto con el fin de construir el Reino de Dios en la Tierra,  dejando de usar la idea del Cielo como forma de escapar a nuestras responsabilidades.

Estos ejemplos, así como los huipiles, tejen la historia del pueblo de Dios y nos apuntan hacia nuestro futuro en el Reino.

Unete y sorprendete de la parte que tienes en el bordado.

Para leer el sermón completo visita:
http://www.wildwoodmennonite.org/currently/a-recent-sermon/187-august-30-considering-the-end-of-the-story-new-jerusalem

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