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Stephanie MacDonald es Asesora de Políticas en el Banco de Granos Canadiense. El Banco de Granos ayuda a los agricultores del mundo, en vías de desarrollo, a adaptarse al cambio climático, a través de su Fondo Climático.  SOYNICA es un ex socio de CFGB. Este artículo fue publicado por primera vez en la edición de abril 20, 2017 de The Western Producer y hace parte de nuestra serie en cuanto a la seguridad alimentaria y el cambio climático.

En este Día de la Tierra, 22 de abril, es difícil hacer mucho para celebrar con lo que el gobierno de los Estados Unidos hizo en cuanto a destripar la Agencia de Protección Ambiental, negando el cambio climático y amenazando con reducir la ayuda externa, la cual en gran parte fue diseñada para ayudar a las personas a adaptarse a un clima cambiante.

Pero entonces pienso en Santos Padilla y Santos López, dos agricultores que conocí en un viaje a Nicaragua, durante la sequía provocada por el fenómeno climático denominado El Niño.

López con una insecticida natural. Stephanie McDonald.

Durante el viaje, fue difícil encontrar buenas noticias. Por todos lados vimos campos desiguales, secos. Pero entonces nuestro camión se detuvo en la granja de Padilla y López, en la comunidad de Cacao al noroeste del país. Di un paso hacia lo que parecía ser un oasis, cinco acres de vegetación exuberante, verde.

Tal como otros agricultores que conocí durante el viaje, Padilla y López me hablaron de cómo se estaban creando retos en la producción por años de aumento de las temperaturas y de lluvias menos predecibles. La sequía de El Niño sólo estaba empeorando una situación ya de por sí difícil.

Y, sin embargo, algo especial estaba sucediendo en su granja.

Tres cosas destacaron para mí.

La primera es que la pareja se había beneficiado de los servicios de extensión. Durante los siete años anteriores, los nutricionistas de una organización local llamada SOYNICA habían estado visitando la granja, intercambiando información en cuanto a la mejora de las técnicas de plantación y conservación de suelos, así como motivando a la pareja para que cultivara árboles frutales y verduras.

También habían estado haciendo y aplicando un insecticida natural, algo de lo que habían oído en la radio.

Los agentes de extensión agrícola ofrecen un enlace al conocimiento de las mejores prácticas. E inevitablemente, ese conocimiento se transmite, de agricultor a agricultor. Cuando llegué a la granja, un pequeño grupo de jóvenes estaban reunidos alrededor de López, escuchando mientras él transmitía algo de lo que había aprendido.

La segunda característica única de la granja de Padilla y de López era la diversidad de cultivos. Habían cultivado hasta ahora sólo maíz y frijol, y algunas veces sorgo. Ahora cultivan una larga lista de frutas y verduras, complementada por el ganado.

Conté 28 tipos diferentes de frutas, verduras, hierbas y granos que la familia cultiva, además de dedicar parte de sus tierras a los bosques y sus tres vacas, cuatro cabras y 15 pollos.

¿El resultado? ‘Solamente compramos arroz’, dijo López. El resto de la comida de la familia se cultiva en la granja.

Padilla. Stephanie McDonald.

En tercer lugar, Padilla y López eran socios iguales en la granja, en el trabajo y en la toma de decisiones. He visitado una gran cantidad de granjas, en los países de todo el mundo, e inevitablemente, es el hombre el que responde las preguntas. La mujer se queda atrás, o remite a su marido.

Las mujeres constituyen casi la mitad de la fuerza laboral agrícola mundial, pero tienen sorprendentemente poco acceso a la tierra, a los insumos, las finanzas, la mano de obra, y la ganadería, en comparación con sus homólogos masculinos.

Los estudios han demostrado que con el mismo acceso a los recursos, las agricultoras podrían incrementar sus rendimientos de un 20 a un 30 por ciento. Además de ser injusta esta situación, es una clara oportunidad perdida para reducir el número de hambrientos en el mundo y ampliar las oportunidades económicas para todos.

Así que fue refrescante conocer a Padilla y López, una excepción a la preocupante norma. Sin verdadera asociación, dudo que su granja fuera el oasis productivo que era.

Este año, puede ser difícil sentirse optimista sobre el Día de la Tierra, pero podemos celebrar a agricultores tales como Padilla y López.

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