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Rebekah Nimtz trabaja con CCM en Cochabamba, Bolivia. 

“Nadie parte fácilmente y quizás nunca del todo.” -Emma Villazón

La migración por el corazón de América del Sur, la región de Bolivia y países vecinos, no es nada nuevo. Los Incas se expandieron por el sureste a través de los Andes, seguido por el tumulto de la conquista y guerras españolas. La revolución nacional boliviana y las reformas agrarias de la década de los cincuenta, desplazaba en gran medida a las personas, mientras que las sequías severas, dictadores violentos y la inflación dramática de la década de los ochenta, enviaron oleadas de campesinos sin trabajo y los mineros a cultivar las tierras bajas bolivianas hasta Argentina. Estos movimientos continúan hoy en día, debido a factores como el clima, la economía y las oportunidades. La migración de sur a sur constituye más de la mitad de la migración del mundo. En contraste con la migración de sur a norte, sur a sur tiende a ser más temporal y menos documentado (1).

Charlando con Ximena* por vías montañosas en un bus grande de noche. Me comparte que salió de Bolivia hace 24 años para diseñar y vender zapatos en La Salada de Buenos Aires, el mercado ilegal más grande de Latinoamérica. “Sí te esfuerzas…se puede hacer,” me dice, mostrándome un diseño nuevo de sandalias que lleva puesto. Me mencionó que estaba a la cacería de nuevos diseños en una visita familiar. Aunque antes de Argentina vivía en Cochabamba, es originaria de Potosí. De su experiencia estar de vuelta en su madre tierra, dice, “Todo ha cambiado ahora. Mi familia y yo nos hemos acostumbrados a la vida allá. No creo que pudiéramos volver.”

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Erlinda afuera de su casa en Potosí. Rebekah Nimtz.

Erlinda, de 35 años, es de Potosí. Una vez conocida como la ciudad más rica y más poblada del mundo por la explotación de su Cerro Rico lleno de plata, ahora es el capital del departamento más pobre de Bolivia y con las tasas más altas de emigración. Ahora conocido como una ‘ciudad campesina,’ la mayoría de la migración a la ciudad se lleva a cabo cuando los del campo llegan a trabajar en las minas en la temporada baja agrícola. Pero cuando bajen los precios minerales se migran a Santa Cruz o Argentina, donde a menudo están maltratados por sus costumbres, ropa tradicional y su Español afectado por el Quechua. Suelen encontrarse explotados. Muchas migrantes terminan atrapados en la cosecha o fabricas en malas condiciones sin la opción a salir. Erlinda señala que algunas veces están llamadas “bolitas,” que viene de las palabras “boliviano” y “bolita” que denota algo que debe estar pateado.

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Madelenn, hija mayor de Erlinda, mira su perrito traído de Argentina por su abuelo en uno de sus viajes de trabajo. Rebekah Nimtz.

Hace cuatro años Erlinda, su marido y sus tres hijas se fueron a Buenos Aires, para los tratamientos de leucemia gratis disponibles allá para su hija Rosse. Vivían allá por dos años, pero extrañaban sus costumbres y comida, a pesar de que disfrutaron de ver y experimentar cosas nuevas, a menudo exclamaron: “¿Qué es esto?! Esto es un sueño! “Rosse falleció poco después de su 14 cumpleaños, pero Argentina le permitió cumplir su sueño de ver el mar.

Catalina Mamani, también de Potosí, conversa conmigo mientras muele maíz cocido en una pasta para la fabricación de humintas, un alimento tradicional de los Andes. Muchos emigran a causa del clima – Potosí tiene una altura de 4.090 metros sobre nivel del mar. Otros se quedan porque tendrían dificultades de aclimatarse al calor y la presión del aire en las tierras bajas. Las alturas son beneficiosas para la salud en general, pero inhibe el proceso de curación. Las complicaciones del envejecimiento envían a muchos a las ciudades vecinas, Sucre o Cochabamba. Catalina, sin embargo, ha decidido quedarse: “Tengo un puesto bueno. Mi marido y yo somos consultores. Sin embargo, siempre está trabajando en Sucre.” Nuestra conversación ocurrió después de una larga huelga de un mes en Potosí el año pasado, con demandas de más inversiones económicas y la industrialización, de los cuales hay pocos aparte de la explotación minera.

En contraste con la mayoría, Catalina preferiría que las cosas no cambien, mencionando la planta recién terminada la plata de fundición, que ha estado funcionando de vez en cuando: “El humo de estes tipos de cosas y de la minería contamina el agua, la tierra y el aire.” En referencia a la situación económica dice, “Ni siquiera cuando los precios de los minerales son buenos y las inversiones podrían hacerse aquí para tener más dinero. Se van … a otro lugar. Tal vez a veces los potosinos no invierten en su ciudad por miedo al fracaso, y prefieren irse. Tal vez la llegada y la opresión de los españoles bajaron el autoestima de los que vivieron aquí y ha sido así desde entonces. O tal vez las cosas han sido maldecidas, como si algún tipo de brujería le han hecho. Ni siquiera existiría Sucre si no fuera por Potosí–hay más potosinos allí que los cruceños. Pero en esta ciudad no pasa nada … Creo que estoy lamentando.” Añade: “Pero de estas injusticias uno necesita aprender y trabajar para cambiar las cosas.”

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El marido de Catalina, Marco y su hija menor Alyson ayudan hacer humintas. Rebekah Nimtz.

A principios de los noventa un poco más de la mitad de la población de Bolivia vivía en ciudades. Desde 2012, dos tercios de los bolivianos viven en zonas urbanas. (2) Mientras que hay un flujo constante de jóvenes que abandonan el campo para continuar su educación, esta rápida urbanización ha sido más afectada por la combinación de la pobreza y la sequía. Este año, debido a El Niño la temporada de lluvias comenzó con dos meses de retraso, lo que contribuye, junto con la contaminación minera, a la evaporación reciente del lago segundo más grande de Bolivia, Lago Poopó. Las comunidades indígenas, dependientes durante siglos en el ecosistema del lago, están forzados a emigrar a otros lugares. En los últimos años patrones climáticos cambiantes han causado las lluvias, por lo general suaves, a llegar a torrentes o en la forma de granizo que destruye los cultivos. En el departamento de La Paz, los agricultores indígenas miran a las montañas y vea los glaciares desapareciendo. Las dificultades de este tipo contribuían al nacimiento de la ciudad de migrantes explosivamente creciente de El Alto.

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Una artista de la calle en Potosí. Debido a la caída del valor del peso, más argentinos se están mudándose actualmente a Bolivia. Rebekah Nimtz.

Juana, de 43 años, es de la pequeña ciudad de Yunguyo, Perú, que se encuentra justo en la frontera con Bolivia. Una familia con 9 hijos, ella ayudaba a su madre a pastorear animales mientras que su padre trabajaba en la fabricación de sombreros. La familia no podía hacerse cargo de todos sus hijos, por lo que a los 12 años fue enviada a Bolivia para trabajar como niñera. Su nueva situación estaba plagada de abusos. El paso de los años le ha llevado a recordar aún más el pueblo de su familia, los alimentos que su padre cultivaba y cómo han disminuido en gran variedad de colores en los últimos años. También reside en Cochabamba Fabiola, mi compañera de trabajo, quien me ofrece un sabor del choclo (una variedad de maíz) que cosechan sus padres en el norte de Potosí. Parece que satisface un antojo, y añade que las papas del altiplano son su verdadera debilidad en alimentos.

La migración de sur a sur puede resultar a más oportunidades económicas en contraste con los extremos y la pobreza de las situaciones rurales, pero a medida que estas historias reflejan, todavía está todo a menudo acompañado de una sensación de pérdida. Muchos bolivianos, a la manera indígena de recordar la imagen más grande, “mirando hacia atrás mientras se mueve hacia adelante,” son rápidos en señalar que se trata de algo en cual simplemente su país nació (Ávila, 2014).
*seudónimo

  1. Phelps, Erin D. (2014, 6 de febrero) La migración Sur-Sur: ¿por qué es más grande de lo que pensamos y por qué nos debe importar. [Entrada en el blog]. Obtenido dehttp://themigrationist.net/2014/02/06/south-south-migration-why-its-bigger-than-we-think-and-why-we-should-care/
  2. Trohanis, Zoe Elena; Zangerling, BontjeMarie; Sánchez-Reaza, Javier. (2015, 1 de mayo). Tendencias de urbanización en Bolivia: oportunidades y desafíos. [Informe]. Obtenido dehttp://documentos.bancomundial.org/curated/es/2015/07/24740146/urbanization-trends-bolivia-opportunities-challenges#
  3. Ávila, Tania. (2014, Mar). “Cosmovisión Andina.” [Conferencia].

 

 

 

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