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Por: Nancy Sabas

El mes pasado, el programa de Connecting peoples Guatemala empezó su año con el pie derecho tras recibir la visita de 10 participantes de parte de la Iglesia Menonita de Floradale, Ontario, Canadá. El próposito del grupo era visitar a la organización de desarrollo comunitario ANADESA (Asociación Nuevo Amanecer de Santiago Atitlán, por sus siglas) y conectarse con su contexto, lucha y sueños, a la vez que dar un acompañamiento en el duro trabajo de la construcción de un centro de formación y la creación de un parque ecológico.  
ANADESA está ubicado en la comunidad de Panabaj, a las orillas del Lago Atitlán. En este lugar prevalece el grupo maya T´zutuhil y está habitado por aproximadamente 3,000 personas. 
La historia reciente de esta comunidad incluye el sangriento episodio de 1990 en donde 13 civiles fueron asesinados por los militares durante una manifestación pacífica. Previamente,  otras masacres y desapariciones de personas ya habían ocurrido en la comunidad, en el marco del conflicto armado que azotó a Guatemala durante 36 años. Tras exhaustas labores de incidencia y atención mediática internacional, la comunidad logró expulsar exitosamente a los militares de su lugar. El Parque de la Paz ubicado justo a la par de ANADESA, sirve como homenaje para recordar a las víctimas de esta masacre.

Otro reciente incidente que forma parte de la historia de la comunidad es el desastre provocado por la tormenta Stan en el año 2005. Un deslave soterró a un vecindario entero, dejando como saldo la muerte de más de 300 personas. ANADESA surgió a partir de esta tragedia, organizando a las comunidades y respondiendo al desastre.

 Por algunos años, ANADESA usó como instalación la casa del coordinador de la Asociación, Juan Ramirez, para llevar a cabo los programas de educación para adultos, de refuerzo escolar, y también la cooperativa de mujeres ANADESA, entre otros proyectos. Hace dos años ANADESA comenzó la construcción de un nuevo edificio que aún está en proceso. El objetivo es construir un espacio en el que los programas de ANADESA pueden crecer y expandirse a fin de servir mejor a la comunidad.
El grupo de visitantes de Canadá dedicaron buena parte de sus esfuerzos y tiempo en colaborar con la construcción del área de cocina de este edificio que servirá como otra forma de ingresos para ANADESA y la cooperativa de mujeres. Los participantes también ayudaron en la siembra de árboles para el parque ecológico de la comunidad, y participaron en un taller de artesanía con mostacilla provisto por las mujeres de la cooperativa. Todas estas experiencias enriquecieron al grupo con un mejor entendimiento de la cultura local, y la correlación entre ganancias-esfuerzo.
Durante la sesión de despedida y reflexión, los participantes concluyeron en que este viaje les había provisto con un mejor entendimiento sobre ¨La esperanza que la gente local tiene frente a los desafíos, las jornadas duras, la conexión entre violencia y opresión y la dramática diferencia entre clases sociales¨.
Foto reciente sobre avances en la construcción de la cocina de ANADESA
Participantes de la Iglesia Floradale trabajan en conjunto con la organización local para construir el área de cocina en ANADESA.
 

Mujeres de la cooperativa de ANADESA proveen talleres de mostacilla para compartir sus conocimientos y despertar conciencia en los participantes sobre la complicada relación entre esfuerzo-ganancia en sus contextos.

 

Grupo de la Iglesia Floradale, Canadá junto con Juan Ramirez, representante legal de ANADESA

Compartiendo tradiciones durante la noche cultural
Para aprender más sobre ANADESA: https://anadesa.wordpress.com/

Correo Electrónico/Email: a.anadesa@gmail.com