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Foto de CODESO: Iván Osorto y su esposa, Marlenis Espinal, recibieron tratamiento por Chagas.  En la foto, están con dos de sus seis hijos, Maynor Yair Osorto y Lesley Merary Osorto. Ninguno de los niños tienen Chagas. Este relato fue publicado en el sitio web de CCM. Traducción por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).

La colaboración entre organizaciones de la sociedad civil, entre ellas la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) permitió a los pobladores de una comunidad en el sur de Honduras obtener tratamiento contra el Mal de Chagas, una enfermedad parasitaria con consecuencias crónicas que afecta principalmente a los habitantes de zonas rurales del país.

La enfermedad de Chagas había sido casi exterminada en Honduras; sin embargo, nuevos brotes aparecieron en el interior después de 2010. Desde entonces, las autoridades no han mantenido una atención sostenible para los afectados.

Este es el caso de un grupo de hondureños que recibieron tratamiento tras una intervención del Comité de Desarrollo Social (CODESO) y la ASJ, en asociación con el Comité Central Menonita para Latinoamérica y el Caribe (MCC). A continuación la historia publicada en el portal de MCC:

Los hondureños de un pequeño poblado que viven con la enfermedad de Chagas, tienen dos socios locales del Comité Central Menonita (MCC por sus siglas en inglés) que prueban la incidencia exitosa sobre el gobierno para su tratamiento.

Iván Osorto es una de las 40 a 50 personas que están recibiendo tratamiento para la enfermedad a raíz de una inusual sociedad coordinada por MCC.

Hace cinco años, Osorto fue diagnosticado con la enfermedad de Chagas, un mal parasitario propagado por insectos triatominos, también conocidos como ‘chiches picudas’.

Después de la mordida inicial, la persona afectada experimenta síntomas leves como dolor de cabeza, hinchazón en los ganglios linfáticos y fiebre. Dos o tres meses después, la presencia de la enfermedad se vuelve latente en el cuerpo.

Más de la mitad de las personas afectadas no experimentan más síntomas, pero entre el 30% y el 40% pueden experimentar insuficiencia cardíaca y otras complicaciones que pueden llevar a la muerte una década o más después de su infección inicial.

Alrededor de la década pasada, Honduras fue afectada por la enfermedad de Chagas. La Secretaría de Salud trabajó con organizaciones internacionales no gubernamentales durante varios años y afirmó haber logrado erradicar la enfermedad en 2010.

Pequeños brotes surgieron posteriormente, pero ninguno fue bien publicitado. De acuerdo a Adolfo Núñez, presidente de la iglesia Hermanos en Cristo y director de CODESO, una organización aliada de MCC en Orocuina, exponer las nuevas instancias del Chagas no está en línea con la política partidaria vigente, pues es una enfermedad altamente politizada.

CODESO, acrónimo de Comité de Desarrollo Social, se enfoca en promover las prácticas de agricultura sostenible para mejorar la seguridad alimentaria de las familias locales, así como proveer asistencia de emergencia durante la sequía.

Osorto trabaja con CODESO en la comunidad de Los Hornos, donde se contagió de Chagas. Desde que fue diagnosticado en 2012, no había recibido asistencia médica debido a su alto costo. La iglesia decidió tomar el asunto en sus propias manos, dijo Núñez.

Los miembros ofrecieron ayuda a Osorto y otras familias para desplazarse al hospital a realizarse pruebas de sangre y recibir tratamiento. Sin embargo, debido al número de casos de infección de cerca de 60 personas, el hospital comenzó a negarse a examinar o tratar a más personas porque el Gobierno se mostraba reacio a pagar los costos y temeroso de admitir que existía un brote grave, comentó Núñez. Después de tres negativas en diferentes ocasiones, decidieron cambiar de estrategia.

MCC puso a CODESO en contacto con su socio la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), una organización orientada a la defensa de la justicia con sede en Tegucigalpa. ASJ trabaja por la transparencia y lucha contra la impunidad y corrupción en el ámbito de las políticas gubernamentales.

Blanca Munguía, hablando con jovenes Hondureños en la oficina de ASJ. Anna Vogt.

Las organizaciones decidieron trabajar juntas para ayudar a las familias afectadas por el mal de Chagas a conseguir tratamiento. “La sociedad con ASJ fue crucial para ejercer presión en las autoridades locales”, dijo Núñez.

Nos permitió presentar una queja formal al nivel de la secretaría de gobierno, algo que hubiese sido más difícil para nosotros de haberlo hecho solos.

Blanca Munguía, coordinadora de Transformemos Honduras, alianza de la cual forma parte ASJ, señaló que la sociedad fue importante porque la perspectiva de una organización complementó a la otra”.

Por un lado CODESO conoce la realidad de las comunidades y por otro lado ASJ logró presentar esta situación a las máximas autoridades, que no siempre reciben esa información o que a veces reciben información errónea suponiendo que todo está bien.» manifestó Munguía.

CODESO y ASJ están trabajando con el gobierno para que las familias sean examinadas. El gobierno está ofreciendo vehículos para llevar a los enfermos a los hospitales y está proporcionando medicamentos. Núñez dijo que cuando los socios de MCC forman redes, son más poderosos que una sola voz. Juntas, estas redes son capaces de amplificar el mensaje y hablar a favor del cambio.

A través del apoyo de las asociaciones de MCC con ASJ y CODESO, Osorto y su esposa y muchos otros están recibiendo tratamiento y están de nuevo en el camino hacia la salud. Ambos socios planean continuar el importante trabajo porque muchas personas en la región todavía sufren de Chagas.

Matthieu Dobler, representante de MCC en Honduras, dijo: “como MCC, aprendimos a través de esta historia más sobre el papel importante que podemos desempeñar como facilitador de intercambios, como conector y como organización que intencionalmente se esfuerza por… causar cambio”.