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El miércoles, 24 de agosto fue un día histórico en Colombia: el gobierno nacional y las FARC anunciaron que habían llegado a un acuerdo final después de casi cuatro años de negociaciones, efectivamente terminando el conflicto armado más prolongado del hemisferio occidental. Aunque varios eventos claves tienen que ser realizados antes de la firma oficial y el comienzo de la implementación de los acuerdos de paz, esta noticia representa un paso significativo hacia la próxima etapa de la construcción de paz en Colombia.

Las iglesias Menonitas, Hermanos Menonitas, y Hermandad en Cristo y sus organizaciones basadas en la fe han venido trabajando por décadas para construir la paz en diferentes regiones del país. ¿Qué significa entonces este avance en las negociaciones entre el gobierno y las FARC para estas iglesias y organizaciones?

Edupaz, una organización de los Hermanos Menonitas de Cali (Alejandra Arbola y Martha Ines Cortes):

Tenemos certeza que su corazón se alegra tanto como el nuestro al escuchar que después de  más de tres años de negociaciones hemos llegado como nación nos aproximamos a firmar un nuevo acuerdo de paz entre enemigos históricos el Estado colombiano y la guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Somos conscientes que este es un periodo crítico y de mucha esperanza para nuestro país, crítico porque no queremos cometer los errores del ayer,  y de Esperanza porque es la oportunidad de volver  a Comenzar, parar la guerra no significa el fin de la violencia, pero sin duda es indispensable que esto ocurra, para re- construir un país  que tiene muchas heridas, re- edificar   y porque no que  se cumpla  la promesa de Isaías que  el lobo y el cordero  coman juntos en la mesa y en nuestras comunidades muchos son los lobos y muchos los corderos y otras tantas veces  resulta  imposible decir que no se ha sido lobo  y  cordero al mismo tiempo.

Caminamos  esta nueva etapa con  esperanza y con las incertidumbres  que el proceso nos deja,  incertidumbres sobre como  desarmarnos  y esto no implica  solo dejar las armas, hay tantas heridas que la guerra ha  causado,  que sanar como  país no será  fácil, perdonar no es  un camino sencillo, olvidar  sería un pecado imperdonable,  transitar el camino de la verdad,  no  para  encontrar culpables porque en la guerra todos los ciudadanos tenemos nuestra parte incluso los que nos negamos  a pensar en ello somos culpables por la indiferencia,  el propósito de la verdad será  traer a  la luz,  el pecado cometido en nuestro pueblo y oramos a Dios que venga el arrepentimiento de la mano de la misericordia, la gracia,  y porque   no de justicia  también. Oren hermanos, este no ha sido, ni será un camino fácil.

Carolina Perez, Colombiana y co-facilitadora del programa Semilla:

Como una utopía hecha realidad, como un tiempo interminable, como despertando de un sueño, en Colombia celebramos la decisión de acordar la paz para un conflicto que por más de 60 años nos ha acompañado; Reconocemos que no es completo, que faltan más grupos para conversar, que no se han arreglado todos los asuntos sociales que tanta violencia nos traen, reconocemos que tenemos miedo e incertidumbre, pero también reconocemos que es tiempo de  apostarle a la vida, tiempo para des-normalizar la violencia, tiempo de sanar y fortalecer nuestra esperanza que durante tanto tiempo nos ha sostenido en medio de un contexto de dolor y violencia.

Hoy somos muchos los Colombianos y Colombianas que le apostamos a una paz con justicia social, equidad y oportunidades de una vida digna para las presentes y futuras generaciones y por esa razón celebramos!

Ricardo Esquivia, director de Sembrandopaz:

Hoy se ha dado un paso importante y significativo para el pueblo colombiano. Dos guerreros, el Gobierno Nacional y las FARC-EP, se han dado la mano, y firmando un acuerdo se han comprometido en poner fin a una guerra de casi 60 años.

Nosotros, como pueblo, desde la base, llenos de alegría y esperanza, con la mano en el arado y los pies puestos en la tierra, miramos hacia adelante con expectativa y moderado entusiasmo.

Al mirar hacia adelante vislumbramos los grandes retos y obstáculos que hay en el camino hacia el horizonte de la justicia, paz y reconciliación.

No queremos pensar solo con el deseo, ni que el entusiasmo y la alegría del momento nos embriaguen el entendimiento y nos impidan dar los pasos pertinentes y oportunos para valorar y aprovechar esta gran oportunidad.

El camino no está despejado. Las élites dirigentes, apropiadas del establecimiento y el Estado, no han llegado todavía a un acuerdo y discuten entre ellos, creando confusión. Muchas de sus reacciones son impredecibles, pudiendo incluso acudir a violencia escondida.

Todavía quedan muchos guerreros en la ruta. No se ha acordado con el ELN, EPL, Grupos armados organizados, narcotráfico. La corrupción administrativa es galopante, y las empresas electoreras y clientelistas tienen mucho poder.

Todo esto agravado por la injusticia social, inequidad, acaparamiento de tierras, racismo y gran adicción por la violencia, nos invita a ser cautelosos.

La sabiduría popular dice que “quien duerme en el suelo nunca se cae de la cama”. Con los pies bien puestos en la tierra y acostados en el suelo, le damos la bienvenida a estos acuerdos, y encarnando la fe y la esperanza, continuamos cultivando la paz en nuestra región como lo hemos hecho durante estos años.

Justapaz, una organización de la Iglesia Menonita de Colombia:

Para Justapaz el anuncio del acuerdo final entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP es fruto del trabajo de colombianos que durante años hemos orado y pedido a las partes que cese la confrontación armada. El acuerdo es una oportunidad para empezar a cambiar la historia de violencia en el país y esto nos llega de esperanza. Finalmente, el acuerdo es ver que la palabra profética de Isaías 2:4 puede ser una realidad en Colombia.

Pastor James Nazarit, Pastor Regional, Hermanos Menonitas de Chocó:

Creemos que es un gran paso en el avance de l@s colombian@s. Una de las preocupaciones es que estos tratados se queden solo en el papel y no llegue el cambio a los territorios por el desconocimiento de los temas y el campo que es el más afectado por la violencia no se tiene muy claro. Ni victimas. Ni victimarios. Pero el tema del plebiscito si es algo que la sociedad popular no sabe que es.

Creemos que se debe facilitar con una pedagogía sencilla en empresas. Iglesias. Universidades. Comunidades. Pero que los convenios sean duraderos y respetado. Colombia merece felicitaciones  en la gestión por la paz la que será completa con CRISTO EN EL CORAZON.

Diana Cruz and Felipe Preciado, Iglesia Menonita Teusaquillo:

Diana: Es un paso

Felipe: Un paso largo

Diana: Pero un paso importante.

Colombians march in memory of victims of armed conflict. Photo: Anna Vogt

Anna Vogt

Para más perspectivas e información sobre los acuerdos, vea:

https://dipazcolombia.wordpress.com/2016/08/25/el-dialogo-intereclesial-por-la-paz-dipaz-celebra-con-gozo-y-esperanza-el-logro-del-acuerdo-final-integral-y-definitivo-entre-el-gobierno-nacional-y-las-farc-ep/

http://lawg.org/component/content/article/76/1708

http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/guia-para-entender-el-acuerdo-final/16685039

https://www.facebook.com/ObservatorioADPI/posts/1091104107650700?pnref=story