Nancy Sabas trabaja con GemPaz. 

En un salón cuidadosamente decorado con los símbolos de un atrapa sueños tejido con cintas de colores por las manos de mujeres del colectivo, pañoletas rosas, velones, y la figura de un mapa de Colombia hecho de tierra, se inició la celebración del Encuentro Nacional de animadoras de GemPaz, el nuevo socio de CCM Colombia, en Bogotá, el pasado 5 de abril. El encuentro logró reunir 17 mujeres de distintas denominaciones de fe provenientes de Bogotá, Norte de Santander, Sampués (Sucre) y el Valle de Cauca, quienes se dedican a animar en sus regiones las diferentes iniciativas que emprende el Grupo Ecuménico de Mujeres Constructoras de Paz (GemPaz).

Durante cuatro días las Animadoras de GemPaz celebraron juntas la Palabra, su tiempo en convivencia y el intercambio de experiencias tras poner en práctica el método llamado ¨Lectura Contextual de la Biblia¨ (LCB), implementado por GemPaz como herramienta para construir la paz y la reconciliación en sus territorios.

Gloria Laverde

A través del método del LCB, los diferentes Círculos Ecuménicos organizados por GemPaz en las regiones, invitan a una reflexión bíblica integral y colectiva bajo la luz de las realidades de las comunidades, y del país, con el propósito de que emane un mensaje de reconciliación y un accionar en torno a la paz. El trabajo realizado por este grupo de mujeres ecuménicas resulta crucial en un contexto de país donde recientemente se ha firmado un acuerdo de paz tras haber atravesado por 52 años de un doloroso y brutal capítulo de conflicto armado. Las violencias, la polarización, la desconfianza instaurada, y las heridas como sociedad continúan aflorando y constituyen un gran desafío en el largo y frágil camino hacia la construcción de una paz integral y duradera en Colombia.

Es en ese contexto donde hace más de 10 años nace  GemPaz,  como una respuesta desde diferentes mujeres de  fe quienes estaban comprometidas con un mensaje de paz en medio de la guerra. GemPaz  en aquel entonces afirmó su compromiso tanto hacia la reconciliación interna como externa. Por un lado internamente, GemPaz como grupo de mujeres ecuménicas aprendían a sanar y convivir pacíficamente en medio de sus diferencias religiosas concentrándose en lo que compartían en común. Por otro lado, a nivel externo GemPaz  buscaba llevar su mensaje de reconciliación a la sociedad, por utópico que sonara en medio del conflicto.

En la actualidad en Colombia, las divisiones provocadas por el conflicto armado en la sociedad han exacerbado el antagonismo ya existente entre sectores religiosos, divisiones que vienen siendo arrastradas desde una fuerte carga tanto histórica como contemporánea.

Luz Amparo Changuedo y Myriam Castrillón. Foto por Gloria Laverde.

Lo anterior dejó como resultado una fuerte rivalidad y tensión tanto entre evangélicos y católicos, como entre los sectores religiosos y no religiosos de la sociedad civil. En medio de este contexto, constituirse como mujeres ecuménicas que se asuman como constructoras de paz disloca muchísimo con los anteriores patrones y asimismo constituye un verdadero reto.

Durante el encuentro una de las animadoras, Luvis Díaz, del municipio de Sampués compartía:

Mi experiencia de vida en GemPaz ha sido de edificación, en mi vida personal, como  ministerial. Rompiendo esquemas religiosos, maneras de pensar desde otra cosmovisión. Convivir desde la religiosidad en una comunidad que es muy marcada en sus tradiciones, ha hecho que nuestro ecumenismo sea una señal donde las diferencias sean convertidas en fortalezas. Siento que mi vida ha hecho un giro de 360º, en tener una mente abierta y estar dispuesta a construir nuevas maneras de pensar y ser inclusiva con las diferentes mujeres en sus distintas creencias religiosas y culturales respetando el enfoque diferencial en la comunidad indígena Zenú.

En la actualidad, GemPaz  a su vez hace  parte de distintas acciones de paz incluyendo su participación en la Mesa de Iniciativas de Reconciliación del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP) incidiendo por cambios a nivel estructural y de políticas públicas a favor de la paz y la reconciliación, como en otros espacios como ser El Colectivo de Pensamiento y Acción Mujeres Paz y Seguridad, la Mesa Ecuménica, dialogo en temas puntuales de formación con común acuerdo, la Oficina de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, entre otros espacios.

Olga Echeverry. Foto por Gloria Laverde

Lo anterior sin nombrar su ardua trayectoria en formación, empoderamiento y sanidad psicosocial-espiritual de mujeres de  fe  en las regiones donde ha hecho presencia: (Sucre, Norte de Santander, Valle del Cauca, Chocó,  Barrancabermeja  y Bogotá)  y sus relaciones establecidas con diferentes organizaciones de fe  a nivel nacional e internacional como  a Kerk in Actie, el Comité Central Menonita, Peacemaker Teams, Instituto de Paz de los Estados Unidos USIP, Conferencia de Religiosos de Colombia CRC,  entre otros. Todo lo anterior se ha logrado hasta la actualidad bajo una estructura organizacional muy orgánica, flexible y comunitaria.

Si bien hay mucho trabajo por delante, el Encuentro Nacional sirvió  también como espacio de sororidad para compartir los sentires desde lo más profundo y animarse a seguir trabajando unas con  otras.

Diosaris Montalvo compartía su sentir acerca del impacto que tuvo su involucramiento en el Círculo Ecuménico en la  región de Sampués, tras perder a uno de sus hijos durante el conflicto armado:

Yo estaba muy dolida y quería como que algo me tuviera ocupada para poder asimilar mi perdida y ella (una animadora) me propuso trabajar con las mujeres a través de las distintas religiones, ya sean católicas o evangélicas, metodistas, y también con las que no tenían vínculo con ninguna de estas, y también para yo poder sanar un poco mi dolor a través de los círculos ecuménicos, contando mi experiencia como capitana de una de las comunidades indígenas de nuestro municipio. Me brindaron con cariño y amor que pensé en un momento de mi vida que todo lo tenía perdido, pero me fui dando cuenta que era así por todas las experiencias lindas y hermosas que me he vivido con ustedes y por eso yo les digo gracias muchas por permitirme contar todo esto porque yo sé que mi Dios me tiene para grandes cosas tanto como con ustedes como con mis comunidades.

Si bien el trabajo de  GemPaz  por la paz y reconciliación comenzó desde una ilusión utópica en medio de un conflicto, ahora en medio de una nueva etapa de posacuerdo, las manos de estas mujeres constructoras de paz continuarán tejiendo cuidadosamente el mensaje de esperanza que vienen trasmitiendo desde hace algunos años atrás en medio del nuevo panorama sociopolítico actual de Colombia.

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