(English resources below)

Durante las últimas semanas, la frecuencia de los masacres y asesinatos de jóvenes en Colombia se ha disparado de una manera alarmante. Aquí hemos recopilado algunos artículos y análisis, en español e ingles (abajo), para darles un contexto mas amplio para los acontecimientos recientes.


Antes las masacres exigimos implementar el acuerdo de paz y un acuerdo humanitario

Las masacres ocurridas en las últimas semanas en Caucasia-Antioquia, Cali-Valle; Ipiales-Nariño, Leiva-Nariño, Samaniego-Nariño, Arauca y Valencia-Antioquia en las que ha cobrado la vida de niñas, niños y jóvenes, se suman al asesinato de 166 líderes sociales y/o defensores de derechos humanos y 36 ex guerrilleros de FARC en proceso de reincorporación, así como incontables situaciones de violencia y vulneraciones de derechos humanos en lo corrido del año 2020 y que afectan gravemente a indígenas, afros y campesinos en zonas como Cauca, Antioquia, Chocó y Norte de Santander, entre otros.

El país que sigue matando a sus jóvenes

Y en medio de esas disputas, según explica Miguel García, director del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, “los jóvenes suelen ser las personas más vulnerables a las acciones de los grupos armados, bien sea porque los muchachos tienen contacto con esos grupos, o porque están en zonas territoriales controladas por estos”.

El Espectador le explica: el regreso de las masacres en Colombia

Varios dijeron, con razón, que la violencia nos está consumiendo. Más grave incluso cuando el que lo dice es el gobernador de Nariño, reconociendo que en menos de una semana ya se contaban cuatro hechos de violencia con 13 personas muertas.  O que Naciones Unidas hiciera pública su preocupación por las masacres y homicidios en varias regiones del país.

Estudiantes marchan por la paz en un evento organizado por Edupaz, un socio de CCM, en Cali, Colombia, por el Día Internacional de la Paz, 21 de septiembre 2017. Foto cortesía de Edupaz.
Students march for peace at an event organized by MCC partner Edupaz in Cali, Colombia,
on September 21st, International Day of Peace, in 2017. Photo courtesy of Edupaz.

In recent weeks, the frequency of massacres and murders committed against youth in Colombia has increased alarmingly. Here we’ve collected some articles and analysis offering a broader context for recent events.

Colombian Authorities Must Seek Justice for Brutal Massacre of 5 Afro-Colombian Teenagers

Peace is not possible without listening to the communities most affected by violence. For years, the Colombian government has faltered in its efforts to implement the 2016 peace accords. It continues to fail in establishing state presence in areas dominated by armed actors. Nowhere is that failure more evident than in Afro-Colombian and Indigenous communities who have suffered far too many tragedies like the one in Llano Verde.

More Than Drug Trafficking Drives Violence in Colombia’s Nariño

While the irregular armed groups are battling over control of drug trafficking, the extreme violence serves less as criminal message than an attempt to impose control through terror.

Juan Carlos Garzón, director of the conflict dynamics and peace negotiations area at the Bogotá-based Ideas for Peace Foundation (Fundación Ideas para la Paz – FIP), said on Twitter that too often the focus is on drug trafficking, when regions like Nariño require a “legitimate” and “efficient” government presence, not just an ephemeral one.

Colombia sees seven massacres in two weeks as wave of violence grips country

While the current wave of massacres has prompted comparisons with the peak of the conflict in the late 1990s – when both massacres and murders were commonplace – analysts say that the current dynamics of the armed groups are more complicated.

“In the past you had clear ideological lines and motives, whereas now you have fragmented groups with their own fiefdoms,” said Gimena Sánchez, Andes director at the Washington Office on Latin America. “Unless we see a radical change in political will by Duque and the economic elites of the country, things will continue to deteriorate.”


Imagen del encabezado: Jóvenes jugando al fútbol como parte de un programa de construcción de paz para la juventud dirigido por la iglesia de los hermanos menonitas en Cali, Colombia, 2017. Foto de CCM/Colin Vanderberg

Header image: Youth play soccer as part of a peacebuilding program for youth run by the Mennonite Brethren church in Cali, Colombia, 2017. MCC photo/Colin Vanderberg

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