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Elizabeth Miller es la Representante del Comité Central Menonita Colombia-Ecuador.

En noviembre, representantes de conferencias Menonitas, Hermanos Menonitas y Hermandad en Cristo de Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela se reunieron para cuatro días de alabanza, estudio y comunión en el pequeño pueblo de La Cumbre, Colombia.  Como primer Encuentro Anabautista Andino en casi quince años, fue un espacio importante para que se reconectaran estas iglesias y enfocaran su atención en vivir como “agentes de esperanza” en sus contextos socio-políticos particulares.

Durante toda el encuentro, una realidad socio-político surgía repetitivamente en los talleres, durante las comidas y en las sesiones de plenaria – la crisis en Venezuela.  Aunque la crisis afecta las conferencias en Venezuela más directamente, toda las conferencias anabautistas han sido tocados por la migración masiva de gente venezolana a sus países; tres de las conferencias en Colombia y Ecuador han desarrollado ministerios directos con migrantes venezolanos.

La última noche del Encuentro Anabautista Andino, un grupo de 15 líderes eclesiales se reunieron para hablar sobre la crisis y cómo mejor responder como cuerpo eclesial.  Para encarar el aumento de xenofobia y rumores de intervención militar, la preocupación más inmediata de líderes eclesiales fue hacer visible públicamente su perspectiva de fe en medio de la crisis.  Tres temas principales emergieron en la declaración: la dignidad dada por Dios de todas las personas, incluyendo a migrantes venezolanos; la insistencia en una solución noviolenta a la crisis; y la responsabilidad del estado venezolano de respetar y garantizar los derechos de sus ciudadanos y ciudadanas.

Las caravanas de migrantes de Centroamérica han captado la atención del público justamente, pero la realidad de migración en las Américas extiende mucho más allá de las caravana y los caminos hacia el norte.  Como una amiga sabia quien trabaja en la frontera de México-Estados Unidos recientemente notó, “Estamos tocando el mismo elefante.” Que consideremos este testimonio de las conferencias andinas mientras busquemos a responder con fidelidad.

Almuerzo en la Iglesia Menonita Riohacha. Cada día la iglesia da de comer a alrededor de 45 venezolanos quienes han migrado a Colombia. Photo: Kristin Cato

 

DECLARACION SOBRE VENEZUELA ENCUENTRO ANDINO ANABAUTISTA 

Miembros y participantes de Iglesias cristianas de la tradición anabautista que incluyen Menonitas, Hermanos Menonitas y Hermanos (Hermandad) en Cristo de Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia reunidos en el Encuentro Andino Anabautista, del 9-12 noviembre, 2018 en La Cumbre, Valle, alrededor del tema “La Iglesia como Agente de Esperanza en el Contexto Social y Político de América Latina” hacemos la siguiente declaración sobre Venezuela y su relación con los países en derredor:

En coherencia con el Evangelio de Jesucristo ningún ser humano, ni país, ni etnia, ni grupo social es nuestro enemigo. Por lo tanto rechazamos toda mentalidad e iniciativa bélica contra nuestros hermanos/as venezolanos, contra el país, contra su gobierno. No apoyaremos ninguna guerra, nos opondremos a ella, promoveremos la resistencia noviolenta a la misma y animaremos a los jóvenes a la objeción de conciencia y a la no participación.

Hacemos un llamado a nuestros gobiernos para que lideren iniciativas por soluciones noviolentas, dialogadas y pacíficas para resolver los problemas a nivel interno y entre países.

Celebramos la apertura de nuestros países a los refugiados/as venezolanos y reconocemos con gratitud que en el pasado, Venezuela recibió y le dio hogar a millones de personas de nuestros países que buscaban una mejor vida.    Como iglesias comprometidas con el seguimiento a Jesucristo, reafirmamos nuestro compromiso de brindar la ayuda solidaria que esté a nuestro alcance para apoyar a las y los migrantes venezolanos en su búsqueda de condiciones de vida digna (Mateo 25.35-40).

Por otra parte, entendemos que tres millones de personas no salen de su propio país para aventurar en otros países por gusto.  Los migrantes venezolanos lo han hecho por problemas gravísimos de falta de empleo, de comida, de medicamentos y de ingresos, además – en algunos casos — de persecución y represión por parte del gobierno.   Por eso pedimos al gobierno venezolano el respeto a su propio pueblo y sus derechos fundamentales.

 Con esta declaración queremos dejar un mensaje de esperanza desde el amor de Dios. No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo veremos los beneficios.

La Cumbre, Valle, Colombia

Noviembre 12, 2018

 

Parte de un tapiz que representa el viaje migrante desde Venezuela a Colombia, hecho por mujeres venezolanas alojadas en la Iglesia Menonita Riohacha. Photo: Kristin Cato

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